Paseaba por Madrid rumbo a casa con la idea de meterme en una biblioteca. El ultimo día de Enero se desvanecía en cada uno de mis pasos. 21 años y la vida rondandome y abrazandome cada segundo. El viento en la cara y el sol marchandose sin pedir permiso. En mi mente, una lucha interna por la vida y por la muerte. Intentando comprenderla al igual que un replicante. Paseaba por Quevedo llegando a Canal. Un cine. El cine Verdi, solitario en la calle triste y desolada. De repente una mirada fugaz a la cartelera. BLADE RUNNER. No podia ser cierto, y yo sin saber que la habian repuesto para aquellos amantes de esta obra maestra. Un haz de luz me acaricia y me recuerda quien soy. Un pensamiento furtivo me obliga a comprar una entrada. Nadie me acompaña, solo mi corazón. No hay quién me acaricie o me bese los labios, solo mi mirada actua como respuesta a un clamor perdido. Nadie me dá conversación ni me apadrina. Estoy solo en el cine Verdi. Asustado e impactado ante el cine, como hacia tiempo que no me sentía.
Y sigo perdido ante la vida sin encontrar mi camino.
Asustado pero enriquecido por esas cosas que te hacen feliz, cuando crees que toda virtud has perdido.
Va por tí Dani, encuentrate pronto y no temas. La vida se hace cargo: es natural.
1/2/08
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